La política se disputa en el terreno de las percepciones
Aunque a mí no me guste, la materia prima de la política es la verosimilitud, no la verdad
El análisis de la semana
La política se disputa en el terreno de las percepciones
El terreno principal en el que se disputa la política es el de las percepciones, no el de las “realidades objetivas”. Por eso, la materia prima de la política es la verosimilitud, no la verdad. A mí esto no me gusta, pero así somos los seres humanos. Porque este fenómeno no es el resultado de una deriva posmoderna que ha convertido la política en politiquería, sino una expresión lógica del comportamiento humano, que dista mucho de ser completamente racional, como pregona el neoliberalismo para repudiar cualquier intervención.
Hace más de dos mil años, Quinto Tulio Cicerón advirtió en su Breviario de campaña electoral que “por mucha fuerza que tengan por sí mismas las cualidades naturales del hombre, las apariencias pueden superar incluso esas cualidades”. Unos siglos después, Maquiavelo señaló en El Príncipe que “los hombres, en general, juzgan más por los ojos que por las manos, porque muchos son los que ven y pocos los que tocan. Todos pueden ver lo que pareces, pero pocos saben lo que eres”.
Joseph Napolitan, considerado el fundador de la consultoría política, compartió en una ponencia histórica 100 lecciones que aprendió en décadas de trabajo en campañas. La lección número 17 fue que “la percepción es más importante que la realidad”. Estamos hablando de 1986. Los primeros indicios de la profesionalización de la política, esto es, de la introducción de la investigación, se remontan a 1824. En este año, el periódico Harrisburg Pennsylvania hizo la primera encuesta para conocer las preferencias ciudadanas en Wilmington. Sin embargo, la primera encuesta realizada para aplicarse directamente en una campaña no llegó hasta 1932. La hizo Gallup para la candidata republicana Ola Babcock Miller.
Si asumimos el axioma del titular –la política se disputa en el terreno de las percepciones–, entendemos que la profesionalización de la política es inherente a esta misma. No basta con la verdad, no basta con el trabajo objetivo, no basta con el mejor programa. En España, la profesionalización llegó tarde por motivos evidentes. José Luis Sanchis la introdujo en las primeras elecciones democráticas como asesor de cabecera de Adolfo Suárez. Sin embargo, su popularización no se produjo hasta la irrupción de Iván Redondo, prologuista de Jefe de gabinete, de Toni Aira y Sergi Sabaté.
Sobre Redondo se han vertido ríos de tinta. Graciano Palomo, histórico analista conservador, escribió un libro con algo de resentimiento del que se puede rescatar lo siguiente: “La clave es que donde está la atención, está la percepción y donde está la percepción, está la decisión”. Un libro más interesante escribió Toni Bolaño, periodista y asesor socialista, en el cual se recoge una declaración del inefable Miguel Ángel Rodríguez que explica en parte el éxito de Ayuso: “Cuando eres capaz de transmitir es porque estás llegando al corazón, no a la cabeza”.
Como bien sabe Rafa Laza, y como estudiamos hace dos semanas, vivimos en una campaña permanente. Por ello es imprescindible una profesionalización que ayude a comunicar mejor los objetivos políticos, programáticos e ideológicos. No hay ninguna contradicción: los bolcheviques eran uno excelentes publicistas. La jefatura de gabinete conlleva el máximo nivel, al menos en términos de implicación personal, a diferencia de la consultoría política general.
Toni Aira y Sergi Sabaté concretan las características, funciones y objetivos del jefe de gabinete. En síntesis: “Combinación entre la táctica y la estrategia, entre controlar el balón con los pies y a la vez mirar la portería a lo lejos”. Entre tanto, la coordinación del equipo más inmediato y el trabajo de proyección pública del líder, para que este pueda dedicarse exclusivamente a gobernar.
Sin embargo, el jefe solo es una mitad. La otra es el gabinete, “un grupo de gente que proporciona todo lo necesario para que un liderazgo (y con él, la institución) pueda funcionar de manera eficiente y tomar las decisiones correctas”. Además, el gabinete debe garantizar que la figura institucional disponga de toda la información necesaria para realizar su labor en las mejores condiciones posibles.
El gabinete debe ser necesariamente multidisciplinar. Como dijo Arnold Toynbee, “ninguna herramienta es omnicompetente. No existe una llave maestra que abra todas las puertas”. Los líderes tienden al aislamiento, y el aislamiento profundiza los sesgos que, incluso en condiciones normales, dificultan nuestra toma de decisiones. Por eso, el jefe del gabinete debe garantizar un ambiente positivo en el que la sinceridad se valora. Como señaló Richard Thaler, “muchos errores se podrían haber evitado si alguien hubiese tenido el valor de decirle a su jefe que lo estaba haciendo mal”.
El libro de Toni Aira y Sergi Sabaté, breve y conciso, ayuda a esclarecer la figura del jefe de gabinete, lo cual será útil tanto para los aspirantes como para para quienes hoy ostentan dicha responsabilidad. Si los seres humanos fuésemos completamente racionales y la política estuviera determinada por alguna verdad superior, no haría falta ni el estudio, ni la profesionalización, ni este libro. El primer paso para transformar la realidad es estudiar el comportamiento de los seres humanos, incluidos los líderes políticos.
Los 10 artículos imprescindibles de la semana
La democracia de la migración, de Daniel Innenarity en El País.
“Wendy Brown lo formula de la siguiente manera: cuanto más militantes son los límites de los Estados al defender un interior bueno y ordenado frente a un exterior malo y caótico, tanto más entra el caos en esas sociedades.
Si hay violencia, racismo y exclusión en las fronteras, también los habrá dentro de ellas”.
El juego de las minorías en Estados Unidos, de Carlota García en El País.
“La cohorte ganadora del 2008 se definió como “la coalición Obama” y, en los años siguientes, los temas que plantearon los Demócratas y sus esfuerzos de captación de votantes se dirigieron en gran medida a cultivar y mantener unida esa coalición. Cometieron, sin embargo, el error de considerar a los votantes negros y latinos como bloques monolíticos, especialmente a los segundos, sin tener en cuenta la diversidad interna. En el proceso, abandonaron el acercamiento a otros grupos, especialmente a los votantes blancos de clase trabajadora, dejando el campo libre a sus oponentes republicanos”.
No, los votantes de Trump no son imbéciles, de Xavier Peytibi en El Independiente.
“El ex presidente mantiene hoy en día un grandísimo nicho de votantes conservadores cansados, enfadados con el establishment y melancólicos de su pasado. Un pasado en el que si trabajaban duro, mejoraban sus vidas. Un pasado en el que —según su recuerdo— el sueño americano podía hacerse realidad. Todo va demasiado rápido para muchas personas y no lo entienden y no quieren que sea así”.
Frente Amplio, la densa coalición de la izquierda en Uruguay, de Eduargo García en El Orden Mundial.
Excelente recorrido a través de la experiencia del espacio político uruguayo que ganará las elecciones mañana.
Chile actual: los derroteros post-estallido, de Raúl Cerro en En Disputa.
“La crisis de representación que contribuyó a dar forma al estallido se mantiene presente hasta hoy y un nuevo rasgo que ha mostrado en los últimos cinco años es su durabilidad. Los candidatos independientes son también una muestra de la incidencia de esta crisis de representación en Chile. Las etiquetas partidarias alejan a la ciudadanía”.
Recetas para salvar una Europa amenazada, de Lilith Verstrynge en El País.
“Fueron factores humanos y políticos los decisivos para la construcción del Estado de bienestar: la existencia de la Unión Soviética —señalada habitualmente por el historiador Josep Fontana como modelo alternativo que contenía a la Europa occidental— y la fuerza y relativa cohesión de un tejido obrero con instituciones, partidos y sindicatos encargados de presionar a las clases dirigentes para conseguir un pacto social justo y una paz duradera”.
La soledad del corredor de fondo, de Irene Vallejo en El País.
“Las personas que deciden acompañar a un ser querido enfermo afrontan renuncias constantes, agotamiento y aislamiento. Para todas ellas la entrega está penalizada: dejar el trabajo, reducir su jornada, salarios mermados, sueños enterrados, reproches, ansiedad, bregar tensas y demacradas de un sitio a otro. La sociedad entera descansa sobre esos trabajos no remunerados, pero a la vez condena a quien pretende conciliar profesión y cuidados”.
Contra los valientes, de Santiago Alba en Público.
“¿Cuándo una democracia deja de ser una democracia? ¿Qué gesto valiente tiene que acometer? No debemos pensar en un acontecimiento, como lo es un eclipse de sol o un atentado terrorista; se trata más bien de un descenso paulatino por acumulación de pequeños gestos "valientes" y menudas medidas "innovadoras".”.
El éxito del `reframe` de Ayuso, de Antoni Gutiérrez-Rubí en El País.
“Se trata de generar emociones constantes a través de la construcción de valores clave, que hagan el mensaje más vivo que nunca, más memorable y notorio, e incluso que opaquen el mensaje inicial del adversario. La meta es conectar emocionalmente con su base de votantes y posicionarse como la garante de un Madrid autónomo y próspero, sea cual sea el ataque recibido. No se está quieta, no se conforma con resistir, sino que contraataca con un nuevo mensaje que tiene que ver con sus valores y su relato como política. La comunicación como un ring”.
¿Recuperará Junts el poder?, de Carles Castro en La Vanguardia.
Castro explica fácil, como siempre, el problema principal del nacionalismo catalán: su desposicionamiento.
Las recomendaciones de la semana
Jefe de gabinete, de Toni Aira & Sergi Sabaté (Editorial UOC, 2024)
Si el artículo te ha parecido más o menos interesante, píllatelo.
La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar (2024)
Un melodrama almodovariano que no solo habla de cómo afrontar la muerte, sino que también nos invita a ser mejores personas. A colación, recomiendo este reportaje de Paco Cerdá, quien aprovecha la publicación de Antes que nada (Random house) y la enfermedad de Caparrós para realizar una semblanza sobre el excelente periodista y escritor.
Entrevista a Ioni Abelson en Sin Pauta sobre las elecciones en EE. UU.
Mi amigo Ioni fue entrevistado por Lucas Malaspina en su programa Sin pauta. Abelson es uno de los consultores de referencia en América Latina. Podéis seguirlo en su cuenta de X y además podéis leer esta entrevista que le hice hace dos años.