El VAR y el sesgo del enfoque
Nada es tan importante como creemos mientras estamos pensando en ello
El análisis de la semana
El VAR y el sesgo del enfoque
Los seres humanos reales nos parecemos muy poco al prototipo de homo economicus que idealizaron la economía neoclásica y el liberalismo. Nuestra racionalidad es limitada, por eso a diario tomamos decisiones que, en términos objetivos de rentabilidad, son absurdas. Tenemos poco tiempo para hacer un balance entre las distintas posibilidades que afrontamos cada vez que tomamos una decisión en una situación de incertidumbre.
Esta agilidad mental tiene una desventaja: los sesgos nos hacen sistemáticamente irracionales. Sin embargo, si el ser humano ha llegado hasta aquí ha sido, en parte, gracias a esa misma agilidad mental: ante las infinitas –y desconocidas– amenazas nuestros predecesores no se podían sentar a analizar la situación con calma. Los neandertales no habrían sobrevivido a los depredadores. A día de hoy, los heurísticos, esto es, los atajos mentales, nos ayudan a sobrellevar el día a día.
Yo me compré mi coche porque me gustan la marca y la carrocería, y además las prestaciones de motor se ajustan a mi uso. Esto es lo que digo, pero la realidad es que me lo compré porque no tenía ni tiempo ni ganas para seguir comparando coches. Una oferta amplia, amplísima, no garantiza la maximización de los intereses de los usuarios. Las teorías económicas dominantes están basadas en una teoría errónea sobre las personas y nuestro comportamiento. Una cosa es lo que hacemos y otra lo que decimos que hacemos. Esta reflexión todavía no ha sido plenamente incorporada en el análisis político.
Los sesgos de confirmación, anclaje o aversión a la pérdida son algunos de los más famosos. La ilusión del enfoque no es tan popular, pero es uno de los más presentes en nuestra vida cotidiana. Lo hemos mencionado por aquí en alguna ocasión. El mundo es complejo y cualquier evento que queramos analizar, o cualquier decisión que queramos tomar, solo se puede explicar mediante el estudio de múltiples factores. El problema del enfoque es que nos lleva a sobrestimar la importancia del factor en el que nos enfocamos. En palabras del maestro Daniel Kahneman, nada es tan importante como creemos mientras estamos pensando en ello.
¿Qué tienen que ver estas reflexiones conductuales con el VAR? Tras unos años con el árbitro asistente de vídeo podemos sacar algunas conclusiones, obligadas tras el lanzamiento de un objeto al árbitro del Espanyol–Villarreal de hace dos días. Para mí hay dos conclusiones claras: el VAR ha hecho el fútbol un poco más justo pero, al mismo tiempo, ha agravado el debate sobre el arbitraje.
Respecto a la primera, es evidente que se cometen menos errores arbitrales, y prueba de ello es que nos parecen más escandalosos. Respecto a la segunda, el problema es que esta reducción de errores no solo no ha mejorado el debate sobre el arbitraje, sino que lo ha intoxicado. Podría parecer paradójico, pero en realidad no lo es.
La mera existencia del VAR, antes incluso de cada aplicación controvertida, nos induce al sesgo del enfoque: le damos más protagonismo al arbitraje y de ese debate no puede salir nada bueno. ¿Vale la pena reducir el número de errores a costa de incrementar el número de polémicas y de poner a los árbitros a los pies de los caballos? Esta es la cuestión del debate de fondo que los dirigentes y los expertos del fútbol deben resolver. El cuestionamiento ha existido y existirá siempre, pero hay niveles.
Por norma general, poner el foco en los comportamientos negativos, los problemas o los defectos no es buena idea, incluso cuando el objetivo es combatirlos. Enfocarnos en la gente que ensucia las calles o defrauda a Hacienda contribuye a aumentar la percepción de que quienes hacen las cosas bien son menos de los que son. Y eso, a su vez, contribuye a un efecto contagio. Como advertía Richard Thaler llevando la reflexión al ámbito político, si un partido quiere aumentar su porcentaje de voto no se debe lamentar del número de electores que no le votaron o de los motivos por los que le dieron calabazas. Con el VAR, el foco sobre los errores arbitrales es inevitable, incluso aunque los errores sean menos.
Cuando estemos enfocados en alguna cuestión debemos ser conscientes de que estaremos sobreestimando su importancia y de que, además, ese enfoque puede estar creando un marco de debate beneficioso para aquello que queremos combatir. El agravio que hoy nos encoleriza mañana parecerá insignificante a pesar de que el agravio seguirá siendo el mismo. Los comentarios que se vierten en las redes sociales y nos enfurecen dejarán de hacerlo cuando salgamos a la calle. El cambio se producirá en nuestro enfoque y en nuestra capacidad para enmarcar cada cuestión en su justa medida.
¿Cuántos políticos arruinan sus carreras por ser víctimas de este sesgo, al enfocarse, por ejemplo, en ataques que hieren su orgullo pero que son irrelevantes para la ciudadanía?
Los 10 artículos imprescindibles de la semana
Elecciones en Brandemburgo: AfD ya ha cambiado de Alemania, de Alberto Bueno en Agenda Pública.
“Todas estas medidas [del SPD comprando el marco de la derecha], irreflexivas y contradictorias, van a provocar el efecto contrario a su objetivo: lejos de contener a la AfD, legitiman aún más su discurso al aceptar implícitamente que Alemania enfrenta una crisis de seguridad que requiere soluciones drásticas”. Ruth Ferrero-Turrión también ha escrito en Público sobre el panorama alemán.
Marcos Peña: “El bienestar mental de los políticos es un riesgo para la democracia”, entrevista de Xosé Hermida en El País.
Me ha parecido interesante esto del que fue la mano derecha de Macri: “Por eso más que en una carrera lineal y de mucho tiempo, hay que pensar en una lógica de montaña de ascenso y descenso. Después de un tiempo, tomar distancia, alejarse del personaje, recuperar fuerzas, procesar… Es más saludable que lo que he visto en muchos dirigentes que están 30, 40 años y ya ni se acuerdan de lo que era la formación o la reflexión, incluso el disfrute”.
La vieja crueldad presume de juventud, de Irene Vallejo en El País.
Otra columna de la fraternidad de Vallejo repleta de erudicción.
La conversión útil de Draghi y otros neoliberales, de Alberto Garzón en eldiario.es
¿Estamos ante el reconocimiento formal de la muerte del paradigma neoliberal?
¿La política nacional condiciona el voto en las elecciones locales?, de Antoni Gutiérrez-Rubí en La Tercera.
La gente sabe votar. La volatilidad, la fragmentación y el multipartidismo, entre otras características de la sociedad actual, nos han brindado un curso acelerado. El voto cada vez es más instrumental, por eso se ven grandes diferencias entre niveles administrativos. Como anécdota sobre esto, en mi pueblo saqué el 30,5% de los votos en las municipales y tan solo dos meses después el espacio ideológico de mi candidatura sacó el 6% en las generales, es decir, literalmente una quinta parte.
¿Puede ganar la izquierda que ha perdido el sur?, de Carles Castro en La Vanguardia.
Otro interesante análisis de Castro, quien realiza un paralelismo entre las elecciones en EE. UU. y España. De nuevo, la importancia de la geografía electoral. Mapas, mapas, mapas…
“A por ellos, que son de regadío”, de Enric Juliana en La Vanguardia.
Otra lección magistral de Juliana, siempre ampliando el foco. De los árboles al agua.
¿Durará el Gobierno Sánchez?, de Guillem Martínez en CTXT.
Martínez intenta analizar a Junts y su funcionamiento, y cómo ese funcionamiento lo hace imprevisible. Además, advierte sobre los posibles ecos de una victoria de Trump dentro del partido de Puigdemont.
Herradura, Raya y Corona: por qué unas regiones de España remontan y otras se siguen hundiendo, de Héctor García en El Confidencial.
García, con la ayuda de Zamorano, realiza un análisis sobre la despoblación en España y de sus niveles internos.
Las recomendaciones de la semana
Civil War, de Alex Garland (2024)
Alex Garland es uno de los directores más interesantes de la actualidad. Ex Machina (2014) y Devs (2020) son imprescindibles. Civil War es una ¿distopía futurista? que engancha desde el principio. No comparto la crítica que le pide más claridad a la hora de señalar a los malos. Esa relativa ambigüedad es una de las gracias de la película. Tiene una escena icónica. La pusieron hace poco en Movistar+.
Pensar rápido, pensar despacio, de Daniel Kahneman (Debate, 2013)
Si no lo has leído, este es el libro más importante que leerás en mucho tiempo. Si no tienes referencias, cómpralo directamente sin saber nada de él.
Jordi Wild y el problema del estado de la conversación pública, de Mozo Yefímovich
Jordi Wild es el podcaster más exitoso en habla hispana. Yefímovich le dedica un videoensayo de casi cinco horas tras haber visto y analizado todos sus programas. Casi nada. Esperemos que el dinero que genere con el vídeo lo invierta en un buen ventilador para el próximo verano.
El shout out de la semana
Fredric Jameson, uno de los críticos literarios y culturales marxistas más importantes de las últimas décadas, murió el domingo pasado. A modo de homenaje, recomiendo los artículos de Violeta Garrido, Robert T. Tally Jr y David Becerra.
Por cierto, muy bueno 👌 el artículo.
El orgullo 🦚 del político, peor cuánto más mayor?